Mediante una escritura de poder una persona puede autorizar a otra para actuar en su nombre. Es un documento muy útil cuando uno no va a poder actuar por sí mismo en algún asunto ya sea por viaje, trabajo, enfermedad o simple comodidad.
El contenido del poder puede ser muy variado: poderes para pleitos, poderes especiales para vender o comprar algún bien, para que se pueda representar en la aceptación y partición de una herencia, poderes para gestionar asuntos bancarios. También los poderes pueden comprender una pluralidad de actos, e incluso ser generales, aunque estos últimos hay que tomarlos siempre con cautela por los riesgos que pueden implicar.
También se pueden otorgar poderes preventivos para el caso de que el poderante vaya perdiendo sus facultades mentales. Estos poderes son muy útiles para prevenir un proceso de incapacitación.